lunes, 11 de mayo de 2009

Solo un minuto...

Perder el tiempo en cosas que solo nos matan por dentro, y el tiempo no ahoga por su falta sino por su mal uso, como quien limpia el piso con un trapo sucio, no perdió el tiempo pero lo que es peor, lo uso mal. Entonces el tiempo no se pierde, solo se pierden las cosas con las que el tiempo se uso mal.
Hablando de mas se potencia el mal uso del tiempo, y las palabras mal dichas ahorcan con firmeza y con dolor, aprietan con fuerza y crueldad, golpean muy duro y sin piedad...

¨Ahorcados por el tiempo¨

¨Los ahorcados por el tiempo... sus propias bocas les roban sus últimos minutos, los ahorcan con cuerdas hechas de palabras, la tierra tan cercana ya no sostiene sus cuerpos, y sus manos vacías se cierran en un puño que ya no volverá a golpear. Zapatos sin pies y bolas sin manijas... balas perdidas en busca del firmamento que inevitablemente caerán, la gravedad de la consecuencia,  el motivo sin una razón y el camino sin señales... los latidos de un corazón.
Dos pasos al frente, nada firme en que pisar, los colores se destiñen con un poco de crueldad. Ese minuto fue la diferencia entre la risa y la asfixia, y esas bocas fueron culpables de su propia defunción, porque no enterraron los muertos del pasado, y los escondieron como simple basura bajo la alfombra, y tenían miedo de todo... incluso de su sombra. Se los trago el tiempo, el fuego los consumió, olvidaron los momentos y todo se esfumó.
Solo un minuto de diferencia entre la coherencia y el humor, medio día falta para que se ponga el sol, para que el miedo se consuma y de lugar al temor, las palabras se preparan y toman su posición, esperando al próximo boca floja que las convierta en su ejecutor.¨